REFLEXIONES SOBRE EL ROL DE LOS
PADRES Y MADRES DE FAMILIA EN LA EDUCACION DE SUS HIJOS
Psic. Jorge Luis Vela Quico
En los encuentros recientes con las juntas
directivas de las APAFAS de la Instituciones Educativas públicas de las tres
provincias de la región Moquegua, dentro lo que el Minedu ha llamado el buen
inicio del año académico 2013, fácilmente se puede advertir en estos encuentros
que los padres y madres de familia exigen por lo general un buen “Servicio Educativo”, pero centrado en que
se debe mejorar por ejemplo el desayuno escolar para sus hijos, no faltan
quienes cuestionan la “mala calidad” de
los alimentos que reciben sus hijos. También están presentes los
cuestionamientos a los profesores o profesoras, afirmando que solo “repiten” en
las aulas los contenidos de los libros, casi sin mayores argumentos exponen sus
quejas. Otros padres piden mallas “rache” para los patios de las I.E., se
reconstruyan o arreglen los muros que protejan a la I.E. de la
delincuencia donde estudian sus hijos o
reclaman sobre la implementación con equipos de cómputo, etc.
Si bien existe la ley Nº 28628 que propicia la participación
de los padres en el proceso educativo de los hijos o la colaboración en las
actividades educativas que ejecuta la institución educativa, promoviendo un
clima armonioso favorable para el aprendizaje, mucho de esto está lejos de ser
asumido conscientemente por los padres de familia.
Con la difusión de los resultados sobre la medición
de la calidad educativa del Minedu, y donde Moquegua ocupa por segunda vez el
primer lugar, ha trascendido que algunos profesores habían comprometido la
participación efectiva de los padres de familia en la educación de sus hijos,
revisando y acompañando la realización de las tareas para la casa encargadas
por el profesor, además está también el hecho que dedicaron horas adicionales
en el trabajo con sus alumnos, etc.
Es un hecho que los padres y madres de familia
deben entender que el servicio educativo no es un servicio más que ofrece el
Estado peruano, sino que es un servicio diferente donde existe una
corresponsabilidad entre la escuela y la familia en la educación de los hijos.
Unos padres responsables deberían involucrase desde
lo más elemental como es la elección de la I.E. donde estudiara su hijo, tener mínimamente
una referencia de los profesores que enseñan allí, hasta del clima institucional
que predomina; porque todo ello va influir en su hijo que va a tener experiencias diferentes seguro a las que el
construye en el hogar.
La escuela se convierte en el nuevo mundo para el
estudiante y aunque los padres no lo perciban allí se construye también la
escala valorativa, como algunos rasgos afectivos del niño que lo van a
acompañar toda su vida. Entonces no debemos quejarnos si escogemos mal una I.E.
para nuestros hijos quizá por la cercanía al hogar, o si muy por dentro
pensamos que todas las escuelas son iguales o simplemente nuestros hijos deben
asistir a la escuela porque todos lo hacen y así como que nos “molestan” en
casa.
La escuela forma el futuro ciudadano lo prepara
para el trabajo, la autonomía, para que se inserte progresivamente a la
sociedad adulta. Los padres de familia deben interesarse entonces por las
actitudes de su hijos, es decir por aquellas formas de ser sin que estas sean
conductas concretas, interesarse por sus formas de reaccionar, sus hábitos, sus
modales, etc.
Estoy más que seguro que muchas autoridades
educativas desconocen el alcance de la ley Nº 29719 Sobre la Convivencia sin
Violencia en las I.E que busca frenar el “acoso entre estudiantes” que ya tiene
trágicas consecuencias en nuestro país en muchos niños que fueron marginados en
las aulas por ser de extracto social diferente o por tener alguna
particularidad como el ser ensimismado.
Esta demás decir que los padres se deben interesar
por su rendimiento académico de forma constante, pero no traducida en
informarse solo en un calificativo cada cierto tiempo en el reporte de notas,
sino en la forma operativa. Por ejemplo si su hijo o hija ya sabe sumar
entonces podrá hacer cálculos de situaciones del hogar, como para el pago de
alguna cuenta, agua, luz, los padres de familia deben contextualizar lo
“aprendido” en la escuela con lo más elemental de las vivencias cotidianas en
el hogar.
Los padres de familia deben propiciar hoy más que
antes la comunicación efectiva en el hogar, vivimos un momento donde la
televisión y mucho más la internet a sustituido la comunicación en los pocos
espacios que le quedan a las familias para este evento tan humano como es
conversar durante los momentos como los del almorzar o comer donde tenemos la
oportunidad que nuestros hijos expresen lo que nos pasa, comunicar sus afectos,
dudas, sus alegrías etc.
Hoy por hoy la Televisión, el DVD, son en la
práctica más importantes que la salud misma de un miembro del hogar, si se
malogra por ejemplo el DVD que nos permite ver películas muchas veces nada constructivas,
ese mismo día lo llevamos al técnico. Contradictoriamente si un miembro de la
familia esta con fiebre se espera a ver si se pasa esa fiebre por la mañana.
Son muchas las reflexiones que podemos puntualizar,
la principal que no hay desde los órganos educativos un proyecto o un plan que
permita el involucrar a los padres de familia de forma efectiva en la educación
de sus hijos. No pensemos que para ello están las escuelas para padres de
familia que poco o nada efectivas son, donde la imagen del padre está ausente
por lo general, mas son las mamas las que si se interesan y participan de estas
escuelas para padres.
Sin dejar de lado que ya no se trata de informar a
un padre muchas veces como debería hacer para ayudar a la educación de sus
hijos, en mi experiencia la gran mayoría de padres lo saben, el tema está que
no lo asumen, debemos preguntarnos por qué
no lo hacen. Si seguimos propiciando escuelas para padres de familia
donde solo les vamos a informar o en una dinámica o taller decir lo mismo, no
estamos construyendo nada.
Finalmente si los padres y madres de familia
estarían más preocupados por ser responsables, que ser buenos padres o madres
habría mejores resultados.
Moquegua,
Abril de 2013
Jorge
Luis Vela Quico
Psicólogo
y Licenciado en Educación
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